Rakel Tablada
la historia detrás de RK Estudio
Desde niña, Rakel convivía entre papeles, lápices y brochas; dibujar era mi forma natural de respirar.
Aunque la vida me llevó por caminos ruidos de tuercas, guardé el deseo de crear un espacio donde cada trazo contara historias reales. A los 52 años di el salto: cerré el taller y abrí , la materialización de todo lo que llevaba dentro.
Mi camino artístico comenzó en 2005, cuando empecé a ir a clases de óleo, carboncillo, acuarela y acrílico en una academia de arte en Segovia, así que como puedes apreciar antes de que existiera RK Studio, ya había una historia hecha de color, técnica y muchas horas de dedicación.
Hace más de 14 años descubrí la aerografía, una técnica que me atrapó desde el primer momento. Empecé pintando cascos, motos, lienzos… y no tardé en convertir cada superficie en una oportunidad para crear algo único. Fue un aprendizaje constante, autodidacta, pero profundamente apasionado.
Con el tiempo, y gracias a mi amor por el dibujo, me fui acercando al mundo del tatuaje. Descubrí en la piel una nueva forma de expresión, más viva, más íntima, más directa. El trazo cambió de soporte, pero la esencia seguía siendo la misma: contar historias a través del arte.
Lo que comenzó como curiosidad se convirtió en una vocación. La experiencia en aerografía me dio precisión, control y gusto por el detalle, cualidades que han sido clave para desarrollarme también como tatuadora.
Hoy combino todo ese bagaje para ofrecer un trabajo profesional, artístico y hecho con el corazón. En cada servicio, aplico no solo técnica, sino años de experiencia, de práctica y de escucha activa a cada persona que confía en mí.
